martes, 18 de noviembre de 2014

MÉTODOS DE TORTURA: LA PERA DE LA ANGUSTIA.

El hombre sano no tortura a otros, por lo general es el torturado el que se convierte en torturador”.
Carl Gustav Jung (1875- 1961).
Psiquiatra, psicólogo y ensayista suizo, figura clave en la etapa inicial del psicoanálisis.


"Pera de la angustia" o "Pera Vaginal".
Instrumento de tortura del 1600 d.C

Durante la época medieval, un nuevo instrumento de tortura conocido por el nombre de “La pera de la angustia” o “Pera vaginal” empezó a ser empleado como método de castigo contra hombres y mujeres acusados de herejía, sodomía y brujería. Dicho artefacto era introducido a través de la cavidad bucal, anal o vaginal del reo, quien moría debido a los desgarros producidos por la presión y fuerza desmedida del mecanismo.

Diseñado para producir daños severos e incluso la muerte.

Labrado en hierro forjado, el artefacto fue proyectado para producir el mayor daño posible en el acusado. Formando cuatro pétalos que unidos entre sí quedaban sujetos a un eje central, la figura adquiría la forma de una pera debido a su apariencia y tamaño. La manija exterior servía para que el torturador pudiera girarla para abrirla en el interior de la cavidad bucal, anal o vaginal, y así ensanchar su diámetro por tres. Aunque hoy en día no se tiene constancia de ningún documento legal escrito sobre los efectos que tenía sobre un ser humano, estos debían de ser por la forma y dimensiones de la maquinaria, severos y en la mayoría de los casos letales.

La doctora Catherine Adams, dentista forense, realizó un estudio sobre los efectos devastadores que podían tener en la boca de un individuo. Severa rotura de dientes, dislocación de la mandíbula, inflamación de los músculos, dificultades respiratorias, nauseas, hipoxia y finalmente muerte por paro cardíaco debido a la ausencia de oxígeno.

Ilustración que muestra la utilidad del artefacto. 

Si dicho elemento era introducido a través de la vagina de la mujer, el aparato era abierto en el interior de su útero, donde se expandía produciendo desgarros que a su vez causaban hemorragias internas y por lo tanto la muerte de la reo.

Hoy en día, dichos instrumentos de tortura son un eco del pasado y se encuentran expuestos en museos como el Museo de la Inquisición en Córdoba (España) y el museo del Louvre (Francia).


Este artículo ha sido escrito por Akasha Valentine http://www.akashavalentine.com © 2014.

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